jueves, 27 de diciembre de 2007

Para mi amiga Ashley

Acabo de enterarme del asesinato de Benazir Bhutto. Fue la esperanza de millones de personas, especialmente mujeres, en Pakistan. Era candidata de oposición en las elecciones próximas para la presidencia del país. Su asesinato me ha afectado como alguien interesado en la democracia y la justicia, pero me ha afectado mucho más como amigo de otra mujer, Ashley Barr, que está ahora en Pakistán trabajando para el Asia Foundation en cuestiones de temas electorales. No he podido hablar con ella pero ha de estar devastada.

Ashley es uno de mis mejores amigos. Estudiamos juntos en Boston. A la mitad de los estudios de doctorado decidió salir del programa e irse a Harvard a sacar un doctorado en derecho. Ojalá pudiera recordar todo lo que ha hecho desde entonces. Durante varios años fue el asistente del ex-presidente Carter en su fundación. También ha trabajado en diversos paises para organizaciones no gubernamentales en materia de derechos de la mujer y en temas electorales. Ha trabajado en Camboya, Etiopía, Somalía, (algún otro país que ahora no recuerdo) y ahora Pakistán. El asesinato le ha devastado. Tanto trabajo y todo se atrasa años o décadas con una sola bomba.

Admiro mucho a Ashley. Es una de las personas más inteligentes y articuladas que conozco. Además de su gran conocimiento de mucho temas tiene un gran talento para enfrentar un problema, entender las variables, y buscar soluciones logísticas y prácticas. Es muy perspicaz en ese sentido. Mi vida se siente bastante insignificante en comparación con la suya. Ella está haciendo cosas para cambiar el mundo. Su vida se caracteriza por un profundo sentido moral del que la mía carece en este momento.

Hace unos tres años vino a visitarme aquí en México. Esta foto es de nosotros en el Descabecedero cerca de Xalapa. Te quiero mucho Ashley. Ojalá superes pronto esta desgracia.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Cifras vitales

41 años de edad,
3 perros y un gato que me acompañan en la vida,
5000 libros en mi biblioteca,
87 kilos (en la luna pesaría sólo 6!),
20 cigarros que fumo al día (ya sé, tengo que dejarlos)
8 paises que he visitado
247 lapiceros perdidos en mi vida
1 amor que se busca

martes, 18 de diciembre de 2007

Una catedral del pensamiento

Hoy me habló mi editor del Fondo de Cultura Económica. Quieren contratarme para traducir al castellano el segundo volumen del Essential Peirce, una colección de los escritos más importantes de C. S. Peirce. Ya traduje el primer volumen; saldrá ahora en 2008. Y están interesados en que escriba un libro de introducción a su pensamiento (en eso estoy). Me dio mucho gusto recibir esa llamada y saber que están comprometidos en difundir el pensamiento de Peirce (bueno, a fin de cuentas están interesados en ganar dinero, verdad, pero bueno). Acepté la oferta y firmaré el contrato dentro de poco, a pesar de la opinión de la academia mexicana.

Es que durante varios años he sido miembro de lo que se llama el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Es parte de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y se creó para reconocer y premiar económicamente a investigadores, doctores en su campo, que activamente investigan y publican en revistas nacionales e internacionales. El nombramiento dura 4 años al cabo de los cuales hay que renovar la membresía con constancias de tu producción científica. Me tocó renovar hace poco y no quedé. Me echaron del SNI, me corrieron!! Cuando me llegaron las noticias me afectaron mucho, fue como una bofetada, pero ahora puedo reírme. Entre la dirección del Instituto de Filosofía durante los últimos 4 años y la traducción de los escritos de Peirce, no publiqué lo suficiente para ellos. En su dictamen decían que la traducción tiene su importancia pero que debería dedicarme a mi propia investigación. Entiendo su punto de vista pero discrepo en eso de la traducción. No menosprecio para nada mi capacidad de investigación (he publicado muchas cosas mías), es sólo que me parece MUCHO más importante que el pensamiento de Peirce se conozca en el mundo hispano que se conozca el mío.

Hay un escrito de Peirce donde habla de la mentalidad del hombre en la época medieval. Dice: "Los hombres de esa época creían del todo y pensaban que valía la pena renunciar a todas las alegrías de la vida para dedicarse plenamente a su gran tarea de construir o escribir. Piensen en el espíritu con el que Duns Escoto, quien escribió sus trece volúmenes in folio, en un estilo tan condensado como las partes más condensadas de Aristóteles antes de los treinta y cuatro años, debía trabajar. No hay nada más asombroso en cualquiera de los grandes productos intelectuales de esa época que la total ausencia de engreimiento por parte del artista o del filósofo. Era inconcebible para él que pudiera añadirse algo de valor a su obra sagrada y católica incluyendo en ella un toque de individualidad. Su obra no está diseñada para encarnar sus ideas, sino la verdad universal; no habrá ninguna cosa en ella, por diminuta que sea, para la que no encuentren que él tenía su autoridad; y cualquier originalidad que emerja es de esa especie innata que satura a un hombre hasta tal punto que él mismo no la puede percibir. El individuo siente su propia insignificancia en comparación con su tarea y no se atreve a inmiscuir su vanidad en el trabajo."

Suscribo totalmente a lo que Peirce dice aquí. Podría dejarme llevar por el aliciente del estímluo económico del SNI pero comparado con estas palabras de Peirce sería una grosería.

En esta foto vemos a Peirce y su esposa en el jardín de su casa, 1908. Murió en 1914. En las últimas dos decadas de su vida Peirce vivía en la penuria y aislado del mundo académico. Sin embargo, y padeciendo una condición neurálgica que le causaba mucho dolor, escribía todos los días, principalmente sobre semiótica y su pragmatismo tardío. Cuando murió había producido un sistema de pensamiento que se compara, en su importancia, con los grandes pensadores de la tradición occidental. Es una obra y una vida que me inspira. Peirce se dedicó a una obra sagrada que se erige como una catedral en las alturas del pensamiento humano. Dejar todo eso a un lado y someterme al dictamen del SNI sería como la traición de Judas a Jesús por unas cuantas monedas.

lunes, 17 de diciembre de 2007

HIC SUNT DRACONES

Un mapa que fuera una representación temporal, que indicara el momento cuando me enamoré de ti. Pero eso se trata del futuro donde la realidad por representarse es como un sueño. ¿Qué vería, o sentiría, ahí? ¡Que terrorífico y divino el asombro en el pecho del antiguo marinero que llegaba al fin del mundo!

El viejito en la esquina

La semana pasada fui a cobrar mis cheques de fin de año (las dos quincenas de diciembre, aguinaldo, etc). He estado postergando ir al banco a depositarlos por temor a las hordas en las calles y en los bancos. En la universidad dan la opción a los académicos a depositar la quincena directamente en una cuenta bancaria, pero no la he tomado. No confío en los bancos y no me interesa enriquecerlos al tener mi dinero ni un sólo día en sus cofres. Así que, siempre voy y hago cola y siempre llevo un libro para pasar el tiempo. Hoy llevé La poética del espacio de Gaston Bachelard. Es un libro lleno de "sudden saliences" (no sé cómo traducirlo). Me encanta.

Por fin me tocó. Cobré los cheques y salí del banco con un rollo de dinero en el bosillo. Fui caminando lento por Xalapeños Ilustres, fumando un cigarro, contemplando la prisa de la gente. Observé dos palomas en un alero. Creo que ellas me observaban a la vez. Me observaban llegar a la esquina donde un viejo se agachaba junto a una pared. Su cabeza se inclinaba sobre el pecho y su sombrero ocultaba sus ojos. Su mano, de piel morena y arrugada, estaba extendida. Formaba un pequeño receptaculo. Las palomas observaban cómo metía yo la mano en mi bolsillo, buscando una moneda. No tenía ni un centavo, pero en el otro bosillo tenía mucho dinero, muchos billetes enrollados con una liga. Me paré un instante, pensé en ese rollo, en la facilidad con la que podría sacar uno de esos billetes de 100 pesos, pensé en el impacto que tendría en la vida de ese señor comparado con el impacto que tendría en la mía. Pensé en el anonimato de su vida, desaperbicida aquí abajo de la mirada de los demás, y también pensé en los ilustres xalapeños conmemorados en el nombre de esta calle y en este viejo agachado que es un lastre para la sociedad: ilustre/lastre, del uno al otro con un solo paso. Estuve ahí parado durante sólo un instante pensando en todas esas cosas y en el siguiente instante seguía mi camino. Crucé la calle y me perdí poco a poco en el mar humano que ondulaba ahí en el centro. Las palomas fueron los unos testigos de esa momentanea indecisión, esa breve ruptura en el regocijo colectivo navideño.

Llegué al coche. En el mismo bolsillo donde había buscado la moneda saqué las llaves. Agarré la del coche y la metí para abrir la puerta. En ese momento vi mi reflejo en el cristal de la puerta. Se me vino a la mente una frase de la Biblia. En inglés dice: "There but for the grace of God go I." Suena muy poética, lírica y siempre me impacta al escucharla, como si alguien me echara agua fría. Traducida sería (muy unpoéticamente) algo así como "Ahí por la gracia de Dios voy yo." No soy cristiano pero no hace falta que lo sea para sentir la profunda verdad de esa frase. Saqué la llave y empecé a caminar de regreso al viejo.

En el camino pensé en los argumentos en contra de dar monedas a gente en la calle: es paternalista; sólo las mantiene en su situación de pobreza; siempre hay otro pobre que necesita dinero y no puedes dar a todos; dar una moneda a uno o dos o tres no va a resolver el problema de la pobreza; sólo lo haces para razones egoístas, para no sentirte mal o para sentirte bien después. En ese momento estas razones no me detenían, simplemente no tenían impacto en mi decisión de darle algo a ese señor. Pero ahora que escribo esto y reflexiono sobre lo que me pasó me he dado cuenta de algo. Quizá en alguna medida regresaba con ese viejo por razones éticas, porque era lo correcto, etc., pero me doy cuenta que una fuerte razón era estética. Es que no aguantaba el reflejo de mi cara en el cristal del coche. Veía ahí el Retrato de Dorian Gray, mi imagen, las desfiguración, la corrupción. Me dio asco ver esa imagen y luego ver a mi alrededor y ver la misma corrupción en las miradas de los que me pasaban, de los que pasaban el viejito en la esquina. Me di cuenta que, en alguna medida, regresaba a la esquina para que pudiera distinguirme de las masas que me rodeaba.

¿Es bueno o malo eso? No sé. Lo que sí sé es que cuando llegué a la esquina el viejito ya no estaba, y las palomas, quizá sus ángeles guardianes, se habían volado.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El ciclo de la vida

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ningún hombre es una isla

Hoy fue un día maravilloso. Tenía que ser jurado en una defensa de tesis de maestría y después de eso participar en la presentación de un libro. Entonces me vestí de un traje de azul oscuro, un chaleco del mismo color, una camisa blanca y una corbata roja. La verdad me veía muy bien y los comentarios de "galan" y "qué guapo" empezaron desde que llegué a la escuela en la mañana. Normalmente llevo pantalones normales, una playera o un suerter, así que el cambio fue notable. Uno de mis colegas me dijo que me parecía a un "don de Oxford". Jaja. Me dio risa y me hizo sentir muy bien.

A medio día me llegó un correo de un colega en Canada que me invitó a un congreso sobre inteligencia computacional en Hong Kong en junio de 2008. Es que le gustó mucho un capítulo que contribuí a un libro sobre sistemas sapientes que va a salir próximamente y quiere que hablé en una sesión especial sobre este tema que va a haber en este congreso. Eso subió mucho mi ánimo.

La defensa de tesis a las 5 de la tarde fue bien. Varios me comentaron después que les gustaron las preguntas y que fue muy interesante la discusión. Luego, en la presentación del libro, estuve con tres colegas más en la mesa. El libro fue de una ex alumna mía, Viridiana, su tesis de licenciatura. Escribió sobre el pensamiento de una filósofa del siglo XVII, Anne Conway. No creo que sea yo muy bueno para este tipo de evento pero logré ser chistoso (dos o tres cosas que dije sacaron risas) y filosófico a la vez. Le gustó mucho a Viridiana lo que comenté sobre su libro y me dijo que quiere que escribamos algo junto que hay muchas cosas más que discutir y de las que sacar provecho. Eso me dio mucho gusto así como comentarios de otros colegas que les gustó mucho mi presentación.

Muchas veces me siento medio aislado y mudo en la comunidad filosófica aquí, como que no les interesa a muchos lo que digo y pienso. Hoy fue maravilloso ver que no es del todo así. Me di cuenta muy claramente de la gran importancia del contacto con el otro, de decirle buenos días, sonreír, tocarlo, apapacharlo, interesarte en lo que está haciendo o diciendo, y no andar como si los demás no existieran o utilizarlos como medios para tus fines. Este último es tan fácil hacer, especialmente cuando andamos con el ánimo en el suelo. Cuando lo hacemos perpetuamos no solamente nuestra propia infelicidad sino la de muchos que nos rodean.

Ultimamente he vuelto a leer mucho sobre el budismo. El Buda enseñó que la mayor parte de nuestro sufrimiento proviene de la ilusión de que seamos seres individuales, que nuestro ego sea como una isla que hay que fortalecer a toda costa. Nos vemos en el espejo y vemos los contornos definidos de un individuo (etimológicamente, aquello que no puede dividirse más, algo sencillo, no compuesto, y básico). Que mentira! Ojalá pudiéramos visualizar lo que constituye nuestra psique. Tengo claro que no sería algo como un globo etéreo flotando en el cráneo sino más bien como un enjambre de puntos conectados entre sí, como las neuronas en el cerebro, y conectados a través de múltiples trayectorias a los puntos de otras personas (como se ven las rutas de las aerolíneas que vemos en las revistas que ponen abordo para que, supuestamente, no te aburras tanto en el vuelo). Pero los puntos de contacto no son neuronas sino ideas, palabras, signos, emociones. Sin el otro no somos nada, o si fuéramos algo sería un fantasma solipsista. ¿Te acuerdas en el Matrix cuando Neo ve por primera vez el matrix tal como es, todos esos números verdes cayendo? Pues hoy tuve esa experiencia de ver está interconectvidad entre todos que acabo de mencionar. Fue una bendición!

sábado, 1 de diciembre de 2007

De remolino a filosofía

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Un cuerpo vivo no es una cosa fija sino más bien un acontecimiento que fluye, como una llama o un remolino: sólo la figura es estable, pues la substancia es un flujo de energía que entra por un lado y sale por el otro. Somos fisuras particulares y temporalmente identificables en un flujo que nos entra en la forma de luz, calor, aire, agua, leche, pan, fruta, cerveca, tacos al pastor, caviar, y paté de foie gras. Sale por el otro lado como gas y excremento–y también como semen, bebés, plática, política, comercio, guerra, poesía, música y filosofía.

–Alan Watts, Does It Matter?
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