miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ningún hombre es una isla

Hoy fue un día maravilloso. Tenía que ser jurado en una defensa de tesis de maestría y después de eso participar en la presentación de un libro. Entonces me vestí de un traje de azul oscuro, un chaleco del mismo color, una camisa blanca y una corbata roja. La verdad me veía muy bien y los comentarios de "galan" y "qué guapo" empezaron desde que llegué a la escuela en la mañana. Normalmente llevo pantalones normales, una playera o un suerter, así que el cambio fue notable. Uno de mis colegas me dijo que me parecía a un "don de Oxford". Jaja. Me dio risa y me hizo sentir muy bien.

A medio día me llegó un correo de un colega en Canada que me invitó a un congreso sobre inteligencia computacional en Hong Kong en junio de 2008. Es que le gustó mucho un capítulo que contribuí a un libro sobre sistemas sapientes que va a salir próximamente y quiere que hablé en una sesión especial sobre este tema que va a haber en este congreso. Eso subió mucho mi ánimo.

La defensa de tesis a las 5 de la tarde fue bien. Varios me comentaron después que les gustaron las preguntas y que fue muy interesante la discusión. Luego, en la presentación del libro, estuve con tres colegas más en la mesa. El libro fue de una ex alumna mía, Viridiana, su tesis de licenciatura. Escribió sobre el pensamiento de una filósofa del siglo XVII, Anne Conway. No creo que sea yo muy bueno para este tipo de evento pero logré ser chistoso (dos o tres cosas que dije sacaron risas) y filosófico a la vez. Le gustó mucho a Viridiana lo que comenté sobre su libro y me dijo que quiere que escribamos algo junto que hay muchas cosas más que discutir y de las que sacar provecho. Eso me dio mucho gusto así como comentarios de otros colegas que les gustó mucho mi presentación.

Muchas veces me siento medio aislado y mudo en la comunidad filosófica aquí, como que no les interesa a muchos lo que digo y pienso. Hoy fue maravilloso ver que no es del todo así. Me di cuenta muy claramente de la gran importancia del contacto con el otro, de decirle buenos días, sonreír, tocarlo, apapacharlo, interesarte en lo que está haciendo o diciendo, y no andar como si los demás no existieran o utilizarlos como medios para tus fines. Este último es tan fácil hacer, especialmente cuando andamos con el ánimo en el suelo. Cuando lo hacemos perpetuamos no solamente nuestra propia infelicidad sino la de muchos que nos rodean.

Ultimamente he vuelto a leer mucho sobre el budismo. El Buda enseñó que la mayor parte de nuestro sufrimiento proviene de la ilusión de que seamos seres individuales, que nuestro ego sea como una isla que hay que fortalecer a toda costa. Nos vemos en el espejo y vemos los contornos definidos de un individuo (etimológicamente, aquello que no puede dividirse más, algo sencillo, no compuesto, y básico). Que mentira! Ojalá pudiéramos visualizar lo que constituye nuestra psique. Tengo claro que no sería algo como un globo etéreo flotando en el cráneo sino más bien como un enjambre de puntos conectados entre sí, como las neuronas en el cerebro, y conectados a través de múltiples trayectorias a los puntos de otras personas (como se ven las rutas de las aerolíneas que vemos en las revistas que ponen abordo para que, supuestamente, no te aburras tanto en el vuelo). Pero los puntos de contacto no son neuronas sino ideas, palabras, signos, emociones. Sin el otro no somos nada, o si fuéramos algo sería un fantasma solipsista. ¿Te acuerdas en el Matrix cuando Neo ve por primera vez el matrix tal como es, todos esos números verdes cayendo? Pues hoy tuve esa experiencia de ver está interconectvidad entre todos que acabo de mencionar. Fue una bendición!

2 comentarios:

Rafael Cessa dijo...

Anne Conway es la que está muy cerca de Spinoza??? Un saludo.

Darin McNabb dijo...

Conway está cerca de Spinoza en el tiempo pero no tanto en el pensamiento. Como sabes Spinoza es un "monista de una sola substancia" lo cual lo hace, inevitablemente, panteísta. Conway rechaza el dualismo cartesiano y por tanto es monista, pero admite diferentes "substancias" en su pensamiento (Dios, Cristo, la creación). Lo que me interesa de su pensamiento es una breve mención en un fragmento incompleto acerca de la "extensión virtual". Yo trabajo pensadores, como Peirce y Deleuze, que manejan ontologías donde la virtualidad juega un papel importante. Mi alumna, Viridiana, y yo vamos a colaborar en un escrito sobre el tema. Es una idea muy interesante, y más interesante aún que una filósofa del siglo XVII lo haya tratado avant la lettre! Yo también te mando un saludo.