jueves, 22 de noviembre de 2007

Desvistiendo a mi novia

Hace varios años estuve de viaje con mis papás en EU. Nos paramos a comer en un restaurante. Nos sentamos en una mesa al lado de una ventana. Pasaron 15 minutos, llegó la comida, estábamos comiendo y de repente uno de ellos se dieron cuenta de que afuerita, debajo de la ventana, estaba tirado un hombre, un "homeless". Su ropa estaba muy sucia, la barba la llevaba muy larga y parecía estar dormido. De manera despectiva uno de mis padres, no recuerdo cuál, dijo "¿por qué no busco un trabajo en lugar de andar de vago?" No pude creer lo que había escuchado. Mis papás son gente decente, cristianos, me dieron mucho amor y apoyo en mi juventud. La verdad no esperaba escuchar tal cosa. Con mi papá siempre discuto cosas sobre religión y política. Rara vez estamos de acuerdo en algo en ese aspecto, pero ese comentario me sacó totalmente de onda.

Mis papás se preocupan por el hecho de que no sea cristiano. Fui criado así, pero la abandoné hace muchos años. En ese momento les dije, "¿Quieren saber por qué no soy cristiano?" Me miraban estupefactos. "Porque yo no puedo vivir como Cristo." Para mi, ser cristiano no se trata de creencias sino de vivir como él, y vivir así implica amar a todos incondicionalmente. Si Cristo estuviera aquí no hubiera hecho ese comentario sino que hubiera salido a darle de comer a ese hombre. Le hubiera dado su ropa limpia. "Lo que haces al menor de mis hermanos eso lo haces a mi." Quizá el único cristiano que conozco es la Madre teresa. Los demás son farsantes. Más radical aun sería la afirmación de Nietzsche, "En verdad hubo un solo cristiano y él murió en la cruz."

En parte por eso me atrajo la filosofía. Un filósofo no es un sabio sino un amante de la sabiduría, aspira a ser sabio. Siempre me ha gustado esa idea. Pero ahora que reflexiono sobre esa escena con mis papás reconozco que soy tan culpables como ellos. Me explico.

Mi madre nació católica, así que toda su vida la ha experimentado como algo natural, pero mi padre no. Es un converso al catolicismo. Tuvo una experiencia que le transformó y recuerdo en mi juventud cómo el ardor de su conversión se manifestaba en su trato con la gente, su manera de ser, y todo. Era algo muy vivo y sincero. Ahora en la vejez veo cómo su creencia religiosa se ha adaptado a la ideología de derecha en los EU. Es algo muy cómodo y lleno de fórmulas blancas y negras para tratar cualquier cuestión de política o moralidad. El comentario sobre los homeless pudo haber salido de la boca del Presidente Reagan. En una escala macro vemos cómo la experiencia muy personal y extática de los discípulos de Jesús se convirtió, con el tiempo, en la rigidez dogmática de la Iglesia institucional (igual la relación Sócrates: platonismo). Pues lo mismo le pasó a mi padre y, lamento decirlo, lo mismo me ha pasado a mi.

Me enamoré de la filosofía (en la entrada "La fuente metafísica del cosmos" hablo de eso). Un filósofo ha dicho "[La filosofía] de un hombre debe ser amado y reverenciado como su novia, a quien ha elegido de entre todo el mundo." Pues así escogí a la filosofía y al principio todo fue muy bien, pero me encuentro ahora casi 20 años después en un matrimonio cómodo. La verdad no me puedo quejar, pero como cualquier relación ésta ha llegado a su rutina. La emoción que se sentía al principio se disminuyó y pronto empecé a comparar mi esposa con las de otros. Le compraba los vestidos de moda en su momento y siempre íbamos a los eventos y fiestas más importantes para que nos vieran. La mirada social nos ha aprobado, somos respetados. Aunque no podría imaginar mi vida sin ella, debo confesar que tengo un amante. Se llama Poesía, una gitana con mirada oscura. Nos vemos de vez en cuando en un pueblo cerca de aquí. Me toma en sus brazos, desvistiéndome, sintiendo la tensión en los músculos, quejándose de las reglas tan rígidas que dejo regir mi vida. Regreso, en esos momentos que tenemos, a la magia de mi cortejo con la filosofía. Me ha tentado la idea de dejarla y casarme con la gitana, pero sé que pasaría lo mismo, que pronto buscaría otro amante.

El cortejo es lo que mantiene viva la pasión. "Suponiendo que la verdad sea una mujer . . ." nos dice Nietzsche. Esta espléndida afirmación supone que hemos tratado la verdad hasta ahora como un hombre, como un adversario en el campo de batalla que tiene que ser sojuzgado. Es un concepto que va muy a la mano con la visión cartesiana/newtoniana del mundo donde hay que dominarlo y ordenarlo, ponerlo en su lugar. Imponemos nuestra lógica sobre él como si echáramos una red para atraparlo. Es lo que hice con mi novia, convirtiéndola así en mi esposa. Con las fajas, tacones y vestidos la hice a mi imagen y con eso dejó ella de ser mujer y yo de ser amante. Ahora somos cónyuges.

Es hora de volver a verla como mi amante la gitana, de desvestirla, listón por listón, tacón por tacón y estar con ella de nuevo, desnudos, bajo la sábana del cielo nocturno.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Aveces pasa, ¿qué es lo más importante: el asombro o el estudio donde todos tratan de encasillar ese asombro? aveces pareciera que la filosofía es un nombre para dos cosas distintas: lo que apasiona, y las razones que cada uno se da para esa pasión... y las razones están de más, sin embargo es lo que siempre resalta de la filosofía.
¿what do you think?
Daniel.